El martes, 4 de agosto de 2.009, El Capitán Escarlata, un soldado intemporal, como él se define, dueño de una de las bitácoras más originales y mágicas que me he encontrado en la blogosfera, me dedicó su último poema antes de tomar unas merecidas vacaciones. Os invito a que la visitéis ya que allí encontraréis refugio y amabilidad. Su talento especial me conmovió desde el primer día que leí sus textos -con expresiones que te transportan al Siglo de Oro-. Tras darme permiso para que lo traslade a mi desván, quiero con él despedirme.
No cerraré la puerta del todo (prometido); la dejaré entreabierta para que podáis venir y escribir cuanto queráis, y yo os visitaré en vuestras casas y dejaré mi huella. No sé cuánto tardaré en recorrer esos rincones, pero siempre estaré con vosotros, antes o después, si me lo permitís. Mi correo electrónico también lo tenéis (para algún despistadillo/a que no lo haya visto en el perfil: ma.ba.pa@hotmail.com).
Las circunstancias hacen que tome esta decisión, decisión que más de uno/a sabía que llevaba tiempo meditándola.
Os echaré mucho de menos. Ya os echo de menos. Muchísimo. Y es por eso por lo que no voy a irme del todo.
Os dejo con el poema del Capitán. Los que lo conocen han comentado que nunca lo vieron tan tierno y que es un bello poema de amor... Vosotros decidís.
Me lo llevo en mi corazón, lo mismo que a todos y cada uno de los que habéis escrito -aunque sean dos palabras- en mi blog. El título que he puesto en esta última entrada es para deciros que, todos los buenos ratos que me habéis hecho pasar, los volveré a vivir una y otra vez, porque siempre os recordaré.
A mi Señora Mar,... por si muero mañana.
Glosa
Si supieseis, Agua de Mar,
que mañana haya de morir,
¿Que podríamos compartir?
¿Que es lo que os podría dar?
¿A que le daría valor?
¿En que mi mente soñaría?
¿Viviría enamorado del amor?
¿Que mano atraparía
con verdadero primor?
¿A quién he de levantar
del suelo donde ha caído?
¿A quién podría abrazar
en el lecho dormido?
Si supieseis, Agua de Mar.
Por lo que significan,
no por su mayor valer
las cosas se aprecian.
Que nuestra mano tender,
siempre del suelo levantan
almas para compartir.
Que estando acostado,
junto al ser querido dormir,
para no ser desagrado
que mañana haya de morir.
¿Soy de trapo marioneta
de vida por Dios regalada?
entonces como poeta,
pintaría la noche estrellada,
y un beso de rosa secreta.
En la cima quieren vivir,
los hombres del altozano,
sin saber que es subir,
a ser feliz más cercano
¿Que podríamos compartir?
Si supiera que mi aliento
una última vez fuera
a respirar su viento,
un beso más le diera
y me iría contento.
No se ha de esperar,
que mañana seguramente,
se podría lamentar
no preguntar a tu gente
¿Que es lo que os podría dar?
UN MILLÓN DE BESOS... HASTA SIEMPRE... ¡¡¡GRACIAS!!!