lunes, 16 de marzo de 2009

LA ETERNIDAD ESTÁ HECHA DE MINUTOS

Hoy, tiempo de tristeza, incertidumbre y espera, recordé estos pensamientos:


Un minuto sirve para sonreír: sonreír para el otro, para ti y para la vida.
Un minuto sirve para ver el camino, admirar una flor, sentir el perfume de la flor, sentir el césped mojado, percibir la transparencia del agua.
Un minuto sirve para escuchar el silencio.
Es en un minuto en que uno dice el "sí" o el "no" que cambiará toda su vida.
Un minuto para un apretón de mano y conquistar un nuevo amigo.
Un minuto para sentir la responsabilidad, pesar en los hombros, la tristeza de la derrota, la amargura de la incertidumbre, el hielo de la soledad, la ansiedad de la espera, la marca de la decepción, la alegría de la victoria.
En un minuto se puede amar, buscar, compartir, perdonar, esperar, creer, vencer y ser.
En un simple minuto se puede salvar una vida.
Tan sólo un minuto para incentivar a alguien o desanimarlo.
Un minuto para comenzar la reconstrucción de un hogar o de una vida.
Minutos...
Cuántas veces los dejamos pasar sin darnos cuenta, pero también cuántas veces traemos a nuestra vida los recuerdos de los minutos vividos llenos de felicidad, de alegría y también de tristezas.
Con frecuencia decimos "es un minuto" que nos parece nada,
pero cómo se aprecia ese minuto al levantar la mano y saludar a un amigo que se va para siempre,
cómo se valora ese minuto que hace que lleguemos tarde a nuestro trabajo, cómo se espera ese minuto que nos lleva a reunirnos con los que amamos,
cómo nos llena de emoción ese minuto en que nos entregan a nuestro hijo al nacer y
cómo también deseamos que la vida le otorgue más minutos a quien la muerte separará físicamente de nosotros y no veremos más.
Un minuto parece increíble, parece tan poquito y, sin embargo, puede dejar una huella tan profunda en nuestra vida. Lo importante no es vivir la vida porque sí, dejando pasar el tiempo.
Aprendamos a vivir la vida intensamente.
Aprendamos a no posponer las emociones más lindas de la vida pensando que "si no es hoy, será mañana".

Recordemos que nuestro tiempo es hoy, ahora.
La vida es hoy.
Que el reloj de tu vida marque cada minuto al compás de los latidos de tu corazón.
Vive cada minuto como si fuera el último.
Vive cada minuto intensamente...

4 comentarios:

Laura dijo...

Precioso... y totalmente cierto. La vida es demasiado corta y la malgastamos sufriendo y pasándolo mal innecesariamente.
Como dice el nuevo anuncio de una famosa marca de refrescos: al final de tu vida lo único que no te va a gustar es que ha sido demasiado corta.

Un beso

Álex dijo...

"Hay un tiempo frente a tu ventana, un tiempo del cual tú no puedes disponer"
G. de Olavide

Es en la física donde el concepto de tiempo ha alcanzado su mayor nivel de abstracción, precisión y rigor, aunque esto ha sido también cuestionado (ver ‘El tiempo y la física’, Ciencia Hoy, 19:20, 1992). De la física surgen algunas características sorprendentes del tiempo. Esta ciencia, cumpliendo su misión humanística, brinda conocimiento fundado sobre la naturaleza en la que está inserta la humanidad. En este caso, el conocimiento del tiempo a través de la física trae muchos interrogantes y dificultades no resueltas y puede llevarnos a fascinantes y fantásticas especulaciones que pueden superar a la más osada ciencia-ficción.

Es útil, cuando queremos entender algo difícil, acudir a metáforas para asimilarlo con otras cosas que sí entendemos. Sin embargo, a pesar de que el uso de las metáforas es un valioso instrumento didáctico, ellas no nos revelan la naturaleza íntima de las cosas. En el mejor de los casos, sirven para familiarizarnos y acostumbrarnos a sobrevivir con la dificultad. En el peor de los casos, caemos en el error de identificar, sin matices, los conceptos claros de las metáforas con los conceptos oscuros que queremos aclarar. Este error es muy común cuando pensamos en el concepto de tiempo. Es casi inevitable apelar al movimiento constante e irreversible del agua en un río sereno como metáfora para el tiempo. ‘El tiempo fluye’, ‘¡Qué rápido pasa el tiempo!’, ‘El tiempo no vuelve’. Ahora bien, ¿desde dónde y hacia dónde fluye el tiempo? ¿A qué velocidad pasa el tiempo?; ¿a 60 minutos por hora? ¿Desde dónde no vuelve? Esta metáfora no sirve porque contiene la falacia lógica de la circularidad: no podemos explicar al tiempo porque el movimiento del agua en el río es el cambio de posición respecto del tiempo, ¡qué es lo que queremos explicar! De hecho, es extremadamente difícil pensar en el tiempo sin caer en este error de lógica. Otra metáfora confusa es asociarle al tiempo una existencia objetiva similar a la que le asignamos a los objetos materiales. Podemos ‘perder’ tiempo o ‘ganarlo’. ‘El tiempo es oro’. Pero, ¿dónde está guardado el tiempo que no se pierde? ¿Cuántos quilates pesa un segundo?

En contraste con la complejidad y abstracción del tiempo tenemos objetos, sistemas físicos, extremadamente sencillos y bellos (los antiguos, no los actuales de cuarzo) que se usan para medir el tiempo. Los relojes son sistemas físicos que pueden estar en diferentes estados visitados periódicamente, por ejemplo cada vez que el péndulo vuelve a su posición inicial, y de esta forma determinan una unidad de medida de tiempo. La complejidad del tiempo y la simpleza del reloj nos sugieren definir el tiempo en forma operativa como ‘aquella cosa que se mide con una cosa que se llama reloj’. Esta opción, adoptada por muchos pensadores, nos permite zafar de la trampa del tiempo pero no es totalmente satisfactoria porque no resuelve nuestra inquietud sobre él, y además cae fácilmente en la falacia de circularidad. Desafío al lector a definir o explicar lo que es un ‘reloj’ sin usar para nada el concepto de tiempo que se pretende definir. (En la descripción dada arriba de lo que es un reloj, se usó el concepto de periodicidad que no es otra cosa que la repetición, en el tiempo, de un estado del sistema.)

Hugo dijo...

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos y sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo te darás cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones y desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añoraras terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Antònia dijo...

Magnífico texto.
El tiempo que nos lleva y que nos trae.
La Biblia dice: "El tiempo es largo para el que espera y lento para el que teme".
Hay tantas formas de valorar el tiempo, y yo ahora daría media vida por volver a tener un minuto a mi madre conmigo...
Y, sin embargo, el tiempo sigue adelante y es lo que nos acerca a aquello más deseamos.
Besos!!